Como todos sabemos, los contaminantes de la atmósfera dañan el sistema respiratorio, en particular los pulmones. Sin embargo, estudios recientes sugieren que nuestro sistema circulatorio también se ve afectado.
Después de llevar a cabo un análisis del aire de las diferentes zonas de la ciudad de Los Ángeles, se obtuvieron datos de los distintos grados de contaminación en cada zona.
Un estudio posterior, realizado en casi 800 habitantes de esa ciudad, mostró que las personas que vivían en las áreas con mayor contaminación presentaban un engrosamiento de las paredes de la arteria carótida.
Esta anormalidad es uno de los principales factores que pueden conducir a un infarto cardiaco o bien a un derrame cerebral.
En experimentos con animales se ha observado que al respirar aire contaminado se provoca, además de una irritación de los pulmones, una inflamación de sus vasos sanguíneos. Esta situación constante de las arterias propició el engrosamiento y el endurecimiento de las paredes arteriales. A esto es a lo que se conoce como arteriosclerosis.
No se sabe si este proceso es reversible, pero se tiene la esperanza de que así suceda cuando se logre limpiar la atmósfera o la gente con esta afección se mude a algún lugar donde no haya contaminación. Esta posibilidad es promisoria porque se ha observado en algunas personas con endurecimiento de las paredes arteriales por el tabaquismo que el proceso puede revertirse cuando dejan de fumar.
Después de llevar a cabo un análisis del aire de las diferentes zonas de la ciudad de Los Ángeles, se obtuvieron datos de los distintos grados de contaminación en cada zona.
Un estudio posterior, realizado en casi 800 habitantes de esa ciudad, mostró que las personas que vivían en las áreas con mayor contaminación presentaban un engrosamiento de las paredes de la arteria carótida.
Esta anormalidad es uno de los principales factores que pueden conducir a un infarto cardiaco o bien a un derrame cerebral.
En experimentos con animales se ha observado que al respirar aire contaminado se provoca, además de una irritación de los pulmones, una inflamación de sus vasos sanguíneos. Esta situación constante de las arterias propició el engrosamiento y el endurecimiento de las paredes arteriales. A esto es a lo que se conoce como arteriosclerosis.
No se sabe si este proceso es reversible, pero se tiene la esperanza de que así suceda cuando se logre limpiar la atmósfera o la gente con esta afección se mude a algún lugar donde no haya contaminación. Esta posibilidad es promisoria porque se ha observado en algunas personas con endurecimiento de las paredes arteriales por el tabaquismo que el proceso puede revertirse cuando dejan de fumar.