¿Cuántas veces le han aconsejado incluir un yogur con fruta en el desayuno? Las nuevas investigaciones sobre este alimento, que contiene bacterias vivas, indican que es en particular efectivo contra problemas de articulaciones inflamadas.
Cuando se consumen, diversas bacterias combaten a microorganismos patógenos en el intestino y refuerzan el sistema inmunológico. Se las conoce como bacterias prebióticas y se han usado para combatir gérmenes dañinos en otras partes del cuerpo, como la nariz y la vagina.
En un estudio, a un grupo de ratas se le inyectó una sustancia química que les provocó artritis al cabo de dos semanas. Comenzando antes o después de la aplicación, algunas recibieron en su dieta 0.5 miligramos de agua, leche pasteurizada o yogur. Este último contenía Lactobacillus bulgaricus vivo, que convierte la leche en yogur.
Para algunos roedores, el yogur tuvo un suplemento de Lactobacillus rhamnosus GG, que posee efectos probióticos. Otras recibieron agua con ese mismo lactobacilo, vivo o muerto.
Los animales que iniciaron el consumo de yogur antes de la inyección, complementado o no, no desarrollaron artritis o tuvieron pequeños síntomas, en tanto que los roedores que sólo tomaron leche o agua sí padecieron la artritis. El efecto del yogur iniciado aun después de la inyección, pero antes de que empezaran los síntomas, también fue positivo. En ratas que ya habían desarrollado artritis, los síntomas de la enfermedad se mitigaron al incluir en la dieta yogur, complementado o no, y el agua con el otro lactobacilo.
La hipótesis establece que los lactobacilos producen compuestos que actúan como antibióticos naturales y neutralizan a las bacterias intestinales que podrían provocar una reacción inmunológica en las articulaciones y otros tejidos del cuerpo.
Cuando se consumen, diversas bacterias combaten a microorganismos patógenos en el intestino y refuerzan el sistema inmunológico. Se las conoce como bacterias prebióticas y se han usado para combatir gérmenes dañinos en otras partes del cuerpo, como la nariz y la vagina.
En un estudio, a un grupo de ratas se le inyectó una sustancia química que les provocó artritis al cabo de dos semanas. Comenzando antes o después de la aplicación, algunas recibieron en su dieta 0.5 miligramos de agua, leche pasteurizada o yogur. Este último contenía Lactobacillus bulgaricus vivo, que convierte la leche en yogur.
Para algunos roedores, el yogur tuvo un suplemento de Lactobacillus rhamnosus GG, que posee efectos probióticos. Otras recibieron agua con ese mismo lactobacilo, vivo o muerto.
Los animales que iniciaron el consumo de yogur antes de la inyección, complementado o no, no desarrollaron artritis o tuvieron pequeños síntomas, en tanto que los roedores que sólo tomaron leche o agua sí padecieron la artritis. El efecto del yogur iniciado aun después de la inyección, pero antes de que empezaran los síntomas, también fue positivo. En ratas que ya habían desarrollado artritis, los síntomas de la enfermedad se mitigaron al incluir en la dieta yogur, complementado o no, y el agua con el otro lactobacilo.
La hipótesis establece que los lactobacilos producen compuestos que actúan como antibióticos naturales y neutralizan a las bacterias intestinales que podrían provocar una reacción inmunológica en las articulaciones y otros tejidos del cuerpo.