En la actualidad, la mayoría de las personas tiene información válida y completa acerca de los daños que sufre el cuerpo humano al consumir drogas adictivas. Las escuelas y los medios de comunicación han logrado difundirla en los sectores más vulnerables de la sociedad.
Sin embargo, día con día se encuentran más efectos secundarios de ellas, que ponen en riesgo la vida de personas que las consumen o que lo hicieron alguna vez.
En cambio, esta última información no llega siempre a toda la gente.
Un estudio reciente muestra que los individuos que han consumido cocaína tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cardiaco, en virtud de la formación de aneurismas en las arterias coronarias.
Cuando las paredes de un vaso sanguíneo se debilitan y se eleva la presión arterial, el diámetro de un segmento del vaso sanguíneo aumenta y se forma una especie de globo, que corre el riesgo de reventarse.
Un ocho por ciento de las personas que nunca han consumido cocaína pueden presentar este tipo de afectación. En cambio, hasta 30 por ciento de aquellas que la consumen o que alguna vez lo hicieron tiene ese mismo riesgo. Se cree que esto se debe a que la cocaína produce vasoconstricción, es decir, la disminución del diámetro de la arteria, lo cual da lugar a que la presión de la sangre sea mayor sobre las paredes arteriales. A su vez, esta fuerza hará que se debiliten las paredes y se forme el aneurisma.
Los efectos a largo plazo de la cocaína son una razón más para decir «no a las drogas».