Las glándulas suprarrenales producen una hormona llamada cortisol. Estudios anteriores han mostrado que niveles altos de ella permiten manejar situaciones de estrés y borrar emociones y recuerdos negativos.
En un experimento se administró una dosis de cortisol a personas con fobias de diferentes tipos y se observó que el miedo a enfrentar aquello que les producía ansiedad disminuyó en grado significativo.
Aunque es probable que esta hormona se pueda emplear para tratar estos padecimientos, aún es necesario investigar si los individuos con ese tipo de problemas tienen niveles bajos de cortisol. Además, su empleo debería ser esporádico y vigilado por un médico, dado que esta sustancia tiene múltiples efectos en la presión sanguínea, el metabolismo y el cerebro.