¿Es usted de las personas que duermen silenciosamente o de las que ejecutan un sonoro concierto con sus ronquidos? ¡Atención!, este fenómeno puede alterar algo más que las horas de sueño.
Un equipo de investigadores señaló que los niños que roncan con regularidad son más propensos a batallar con su trabajo escolar en comparación con aquellos que rara vez lo hacen.
Para su estudio, los investigadores pidieron a los padres de niños de tercer grado que calificaran sus ronquidos de acuerdo con la periodicidad con que ocurrían: siempre, frecuentemente, ocasionalmente o nunca. Después, compararon la frecuencia con el desempeño académico de cada menor.
Los resultados revelaron que aquellos que siempre roncaban eran casi cuatro veces más propensos a desempeñarse con bajo nivel en matemáticas, ciencias y ortografía, respecto de los que nunca lo hacían. De modo similar sucedía con los que presentaban esa costumbre con frecuencia.
En cuanto a los niños que lo hacían de modo ocasional, no tuvieron más problemas académicos en promedio que los que nunca roncaban. Según los científicos, lo más probable es que el ronquido lleve al pequeño a despertar repetidamente durante la noche, por lo que aún en la mañana está cansado.
De manera adicional, el equipo de investigación examinó otra anomalía común del sueño: la hipoxia intermitente, es decir, niveles bajos de oxígeno en sangre.
Para ello colocaron un sensor en el dedo de los menores durante la noche. Quienes mostraron esta irregularidad, que puede acompañar al ronquido, no presentaron un desempeño peor en la escuela que el común de sus compañeros; esto hace más probable que el bajo desempeño se deba al cansancio y la soñolencia diurnas, y no a la hipoxia nocturna.