El petróleo es una mezcla de hidrocarburos, es decir, moléculas compuestas por átomos de carbono e hidrógeno de tamaños muy diferentes. La estructura más pequeña y sencilla es el metano, con tan sólo un átomo de carbono unido a cuatro de hidrógeno. Aunque el metano se utiliza de manera amplia como combustible (es el que usamos en nuestra casa para la estufa o el calentador), su utilidad podría ser mucho mayor si pudiera convertirse en metanol, ya que éste tiene ventajas económicas y ambientales.
La diferencia entre estas dos moléculas radica en que el metanol posee un átomo más de oxígeno. Además, es un excelente combustible para los automóviles, dado que tiene un octanaje elevado y su emisión de contaminantes es muy baja. Es incluso una materia prima indispensable para la síntesis de innumerables compuestos.
En la actualidad, el metanol es un producto caro debido a que el procedimiento químico empleado para introducir un átomo de oxígeno en la molécula de metano es largo y costoso.
Sin embargo, existen en la naturaleza unas bacterias llamadas «metanótrofos» que realizan este procedimiento a temperatura ambiente con rapidez y facilidad. Estos microorganismos utilizan el metano como fuente de energía y lo convierten en metanol. Pueden realizar esto porque contienen una enzima llamada MMO (monooxigenasa de metano), que es capaz de efectuar el cambio químico con rapidez.
Los químicos han aislado esta enzima para conocer su estructura y su mecanismo de acción. De esta manera, podrán producirla de manera sintética o bien emplearla y así disponer de un catalizador, es decir, una sustancia que facilite y agilice la reacción química. En consecuencia, el metanol será una fuente de energía alterna con beneficios para la economía y el medio ambiente.
La diferencia entre estas dos moléculas radica en que el metanol posee un átomo más de oxígeno. Además, es un excelente combustible para los automóviles, dado que tiene un octanaje elevado y su emisión de contaminantes es muy baja. Es incluso una materia prima indispensable para la síntesis de innumerables compuestos.
En la actualidad, el metanol es un producto caro debido a que el procedimiento químico empleado para introducir un átomo de oxígeno en la molécula de metano es largo y costoso.
Sin embargo, existen en la naturaleza unas bacterias llamadas «metanótrofos» que realizan este procedimiento a temperatura ambiente con rapidez y facilidad. Estos microorganismos utilizan el metano como fuente de energía y lo convierten en metanol. Pueden realizar esto porque contienen una enzima llamada MMO (monooxigenasa de metano), que es capaz de efectuar el cambio químico con rapidez.
Los químicos han aislado esta enzima para conocer su estructura y su mecanismo de acción. De esta manera, podrán producirla de manera sintética o bien emplearla y así disponer de un catalizador, es decir, una sustancia que facilite y agilice la reacción química. En consecuencia, el metanol será una fuente de energía alterna con beneficios para la economía y el medio ambiente.