Probablemente usted ha seguido diferentes tipos de dietas. Hay quienes postulan que las calorías que provienen de proteínas son mejores para perder peso que las originadas en carbohidratos.
Pero, ¿qué es una caloría? Definida de modo simple, una caloría es la cantidad de energía necesaria para incrementar en un grado centígrado un kilogramo de agua. Con base en las leyes de la termodinámica, la segunda ley expresa que la energía se dispersa si no se la obstaculiza.
La metabolización de las proteínas y los carbohidratos es diferente. Cuando una proteína se desdobla en el cuerpo, se desprende más energía como calor en vez de convertirse en energía química, lo que lleva a la hipótesis que las calorías no son iguales.
Se llevó a cabo un estudio con doce hombres alimentados con diferentes dietas y se cuantificaron los niveles de energía consumida. Los que tuvieron una ingestión rica en proteína de cerdo quemaron cuatro por ciento más energía en comparación con aquellos que la eliminaron con mayor porcentaje de carbohidratos.
Si bien después de seis meses las dietas bajas en carbohidratos y altas en proteína han ayudado a bajar de peso tres veces más rápido que la alimentación baja en grasa, tras un año la diferencia es mínima. Aun así, las personas que realizan una dieta basada en proteínas tienden a ingerir menos calorías y disminuyen más su talla, porque las proteínas los hacen sentir más satisfechos y pueden mantener la dieta en forma más estricta.
En suma, el problema de la obesidad no reside en la forma de metabolizar las proteínas y los carbohidratos, sino en el tamaño de las porciones de comida consumida. Para decidir qué dieta debe seguirse es preciso tomar en consideración también otros factores de salud, como las enfermedades del corazón o la diabetes.
Pero, ¿qué es una caloría? Definida de modo simple, una caloría es la cantidad de energía necesaria para incrementar en un grado centígrado un kilogramo de agua. Con base en las leyes de la termodinámica, la segunda ley expresa que la energía se dispersa si no se la obstaculiza.
La metabolización de las proteínas y los carbohidratos es diferente. Cuando una proteína se desdobla en el cuerpo, se desprende más energía como calor en vez de convertirse en energía química, lo que lleva a la hipótesis que las calorías no son iguales.
Se llevó a cabo un estudio con doce hombres alimentados con diferentes dietas y se cuantificaron los niveles de energía consumida. Los que tuvieron una ingestión rica en proteína de cerdo quemaron cuatro por ciento más energía en comparación con aquellos que la eliminaron con mayor porcentaje de carbohidratos.
Si bien después de seis meses las dietas bajas en carbohidratos y altas en proteína han ayudado a bajar de peso tres veces más rápido que la alimentación baja en grasa, tras un año la diferencia es mínima. Aun así, las personas que realizan una dieta basada en proteínas tienden a ingerir menos calorías y disminuyen más su talla, porque las proteínas los hacen sentir más satisfechos y pueden mantener la dieta en forma más estricta.
En suma, el problema de la obesidad no reside en la forma de metabolizar las proteínas y los carbohidratos, sino en el tamaño de las porciones de comida consumida. Para decidir qué dieta debe seguirse es preciso tomar en consideración también otros factores de salud, como las enfermedades del corazón o la diabetes.