Y a usted… ¿cómo le gustan los deportes: moderados y de bajo impacto o arriesgados y extremos? Si su predilección es esta última, le convendría considerar ciertas cosas antes de practicar alguno de ellos.
En un nuevo estudio se ha encontrado que los hombres que desarrollan agotadores programas de bicicleta de montaña son más propensos a producir menos esperma y sufrir más anormalidades del escroto respecto de quienes no practican el deporte.
Un grupo de científicos utilizó varios tipos de mediciones a fin de comparar la salud de 40 ciclistas de montaña masculinos con la de otros 35 varones que no practicaban esa actividad. Los límites se extendían entre los 17 y los 44 años.
Exámenes de ultrasonido revelaron que 35 de los 40 ciclistas presentaban lesiones, casi todas delicadas, en el escroto y los testículos; en cambio, sólo nueve de los 35 no ciclistas mostraron tales problemas. En particular, 22 de los ciclistas y sólo seis de los otros tuvieron quistes en los testículos.
Por otro lado, un tercio de los deportistas presentó depósitos de calcio en los testículos, situación que se relaciona con un incremento del riesgo de cáncer en esa parte anatómica. La calcificación parece ser resultado de una repetida y crónica microtraumatización del escroto.
De manera adicional, las muestras de semen de los participantes revelaron que los ciclistas tenían como promedio 20 millones de espermatozoides por milímetro de semen, a diferencia de los 47 millones de los individuos no practicantes del ciclismo. La alta temperatura que experimenta el escroto durante los extenuantes recorridos atenúa la producción de los espermatozoides. Se cree que tanto el calor como la microtraumatización pueden afectar la fecundidad.
En vista de todo ello, los ciclistas apasionados recomiendan comprar bicicletas con asientos acojinados que amortigüen los golpes.
En un nuevo estudio se ha encontrado que los hombres que desarrollan agotadores programas de bicicleta de montaña son más propensos a producir menos esperma y sufrir más anormalidades del escroto respecto de quienes no practican el deporte.
Un grupo de científicos utilizó varios tipos de mediciones a fin de comparar la salud de 40 ciclistas de montaña masculinos con la de otros 35 varones que no practicaban esa actividad. Los límites se extendían entre los 17 y los 44 años.
Exámenes de ultrasonido revelaron que 35 de los 40 ciclistas presentaban lesiones, casi todas delicadas, en el escroto y los testículos; en cambio, sólo nueve de los 35 no ciclistas mostraron tales problemas. En particular, 22 de los ciclistas y sólo seis de los otros tuvieron quistes en los testículos.
Por otro lado, un tercio de los deportistas presentó depósitos de calcio en los testículos, situación que se relaciona con un incremento del riesgo de cáncer en esa parte anatómica. La calcificación parece ser resultado de una repetida y crónica microtraumatización del escroto.
De manera adicional, las muestras de semen de los participantes revelaron que los ciclistas tenían como promedio 20 millones de espermatozoides por milímetro de semen, a diferencia de los 47 millones de los individuos no practicantes del ciclismo. La alta temperatura que experimenta el escroto durante los extenuantes recorridos atenúa la producción de los espermatozoides. Se cree que tanto el calor como la microtraumatización pueden afectar la fecundidad.
En vista de todo ello, los ciclistas apasionados recomiendan comprar bicicletas con asientos acojinados que amortigüen los golpes.