Dice el refrán: «todo es según el color del cristal con que se mira». Los nuevos estudios sobre la percepción del color indican que la capacidad de reconocer los colores en diferentes condiciones depende de la exposición anterior al espectro completo bajo la luz natural.
Si bien los colores se modifican de acuerdo con las condiciones de luz, las personas reconocen un tono aun si cambia la luz ambiente. Los científicos llaman a este crucial ajuste visual «constancia en el color».
Se realizó así un estudio con cuatro monos macacos que crecieron confinados en un cuarto iluminado bajo una luz con un espectro restringido de ondas luminosas, lo cual les impidió diferenciar un conjunto normal de colores. Más adelante se observó que los monos no podían identificar los colores cuando cambiaban las condiciones de luz, incluso si se los entrenaba para superar el problema. Otros cuatro monos, que crecieron con luz solar y fluorescente, reconocieron los colores en diversas condiciones de iluminación.
Los resultados indican que la experiencia visual temprana es indispensable para la percepción normal de color. Si bien esta visión afecta a las células «cono» de la retina, ahora se sabe que el cerebro asume la función sustancial, al realizar las discriminaciones de color bajo condiciones de luz cambiantes.
Será necesario realizar estudios de imágenes cerebrales de los monos que carecen de consistencia en el color para determinar las partes que se afectaron en su sistema visual y así poder conocer con más detalles el funcionamiento de estos procesos.