La biotecnología es el aprovechamiento de las propiedades biológicas de los seres vivos, como las bacterias, para aplicarlas a procesos médicos o industriales que sean de utilidad para el hombre.
A partir de las pruebas biotecnológicas se ha empleado un grupo especial de microbios para producir sensores de humedad tan sensibles como nunca se había logrado conseguir por otros medios.
En un chip de silicio se introducen dos electrodos de oro, que es el mejor conductor de electricidad conocido. Entre ellos se coloca una capa de bacterias del género Bacillus cereus, muy unidas entre sí, de tal manera que forman un puente entre los dos electrodos. Con posterioridad se le da un baño al chip con nanopartículas de oro y se agrega un péptido que ayuda a que esa capa se adhiera bien a las bacterias.
La película forma un puente entre los dos electrodos y permite el paso de la corriente eléctrica. Si en el ambiente se registra un aumento de la humedad, las bacterias se hinchan un poco. Cuando esto sucede, se incrementa la distancia entre una bacteria y otra.
Esta pequeñísima separación dificulta el paso de electrones entre los electrodos y se registra una menor intensidad de corriente. De ese modo, el aparato se convierte en un indicador de la humedad existente.
La sensibilidad del chip es tal que una variación de cero a 20 por ciento de la humedad hace aumentar o disminuir la intensidad de la corriente 40 veces, mientras que en un dispositivo puramente electrónico sólo lo hace en diez tantos.
No cabe duda de que la interacción de los seres vivos con la electrónica promete grandes avances biotecnológicos.
A partir de las pruebas biotecnológicas se ha empleado un grupo especial de microbios para producir sensores de humedad tan sensibles como nunca se había logrado conseguir por otros medios.
En un chip de silicio se introducen dos electrodos de oro, que es el mejor conductor de electricidad conocido. Entre ellos se coloca una capa de bacterias del género Bacillus cereus, muy unidas entre sí, de tal manera que forman un puente entre los dos electrodos. Con posterioridad se le da un baño al chip con nanopartículas de oro y se agrega un péptido que ayuda a que esa capa se adhiera bien a las bacterias.
La película forma un puente entre los dos electrodos y permite el paso de la corriente eléctrica. Si en el ambiente se registra un aumento de la humedad, las bacterias se hinchan un poco. Cuando esto sucede, se incrementa la distancia entre una bacteria y otra.
Esta pequeñísima separación dificulta el paso de electrones entre los electrodos y se registra una menor intensidad de corriente. De ese modo, el aparato se convierte en un indicador de la humedad existente.
La sensibilidad del chip es tal que una variación de cero a 20 por ciento de la humedad hace aumentar o disminuir la intensidad de la corriente 40 veces, mientras que en un dispositivo puramente electrónico sólo lo hace en diez tantos.
No cabe duda de que la interacción de los seres vivos con la electrónica promete grandes avances biotecnológicos.