¿Alguna vez le han contagiado un bostezo? No se trata de ningún virus o enfermedad, pero la acción de bostezar se transmite fácilmente entre determinadas personas.
De acuerdo con un equipo de investigadores, las personas autoconscientes o empáticas tienen más probabilidad de contagiarse de los bostezos, lo cual objeta la idea de que es una mera coincidencia.
Estudios recientes han mostrado que entre 40 y 60 por ciento de las personas que ven videos o escuchan hablar sobre el bostezo, terminan también haciéndolo.
Pero los psicólogos se han cuestionado qué es lo que causa esta reacción refleja.
Para descubrir por qué la gente es susceptible o refractaria a contagiarse de los bostezos, un equipo de especialistas presentó a un grupo de personas los videos de individuos en el acto de bostezar, registró el número de bostezos de los participantes y estudió sus perfiles de empatía. La conclusión de los psicólogos fue la siguiente: la transmisión de los bostezos quizás se deba a que un individuo se identifica con el estado de la mente de otra persona mientras ésta bosteza, lo cual puede accionar una imitación inconsciente. Estos hallazgos explican quizá también por qué los esquizofrénicos, que tienen una dificultad particular para realizar este tipo de identificación, raras veces se contagian de esta actividad.
Para otros investigadores, que también han estudiado esta experiencia, el fenómeno tiene un sentido evolutivo. Según ellos, el bostezo contagioso pudo haber ayudado a nuestros ancestros a coordinar tiempos de actividad y descanso.
Por otro lado, estos mismos científicos creen que bostezar mantiene al cerebro despierto en situaciones en las que el sueño no es deseado. Esto explicaría que nuestros tiempos pico de bostezo son temprano por la mañana y cuando nos esforzamos por mantenernos despiertos en la noche, es decir, al desvelarnos.