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Hormonas y obesidad

   Con toda seguridad ha visto en algunos restaurantes esas promociones de «coma todo lo que quiera…» Rechazar este tipo de ofertas, sobre todo para los amantes de la comida, se convierte en una dura prueba de autocontrol.

   En estudios recientes, un grupo de científicos notificó el hallazgo de una hormona de «saciedad» natural que puede hacer más fácil la resistencia a comer demasiado, lo que podría ayudar a combatir la obesidad: se trata de la hormona PYY 3-36.

   Los científicos inyectaron esta hormona a algunos voluntarios y encontraron que sus niveles se elevaban cuando las personas estaban satisfechas, ya que ciertas células del intestino la producen cuando éste se llena de comida.

   A partir de esto, descubrieron que una dosis de la hormona, liberada durante una comida abundante, puede suprimir el apetito aproximadamente por doce horas. Lo que presuponen es que este producto glandular viaja al hipotálamo en el cerebro e inhibe la actividad que activa la necesidad de comer.

   Por otro lado, los alimentos que contienen fibra, como los vegetales, se desplazan más abajo en el intestino antes de ser digeridos, por lo que estimulan la liberación de más hormona, en comparación con la comida rápida, dado que ésta se digiere sobre todo en el estómago.

   Por consiguiente, comer cierto tipo de alimentos puede contribuir también a indicarle al cerebro que uno está satisfecho.

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