Deshacerse de esos «kilitos de más» es uno de los aspectos que más cuidan las mujeres. Pero el sobrepeso puede tener implicaciones que van más allá de la simple cuestión estética, sobre todo conforme se avanza en edad.
Un estudio reciente sugiere que las mujeres que a los 70 años son obesas pueden estar en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en etapas posteriores. Los investigadores señalan que se trata de una correlación notoria, ya que la demencia y la obesidad son algunas de las mayores preocupaciones de salud durante el envejecimiento.
Un equipo de científicos examinó a 392 mujeres de edad avanzada durante dieciocho años. Noventa y tres de ellas se diagnosticaron con demencia a los 80 años y se encontró que muy probablemente presentaban obesidad a los 70. En sus estudios, los investigadores midieron el índice de masa corporal de las participantes; es decir, una proporción de peso y altura. Las mujeres con síntomas de demencia tuvieron un índice de masa corporal promedio de 28 puntos, lo cual raya en la obesidad, mientras que las normales tuvieron un puntaje entre 18.5 y 25. Además, se descubrió que cada punto adicional en el índice de masa corporal elevaba el riesgo de la enfermedad de Alzheimer cerca de 36 por ciento.
Los especialistas coinciden en que la obesidad es uno de los factores de riesgo respecto de los cuales las personas pueden hacer algo, como comer frutas y vegetales, hacer ejercicio con regularidad y cuidar su peso. Los factores dietéticos pueden jugar un papel significativo en la prevención de la demencia, como es el caso de algunos micronutrientes, que pueden estar vinculados con el Alzheimer.
Un bajo insumo de vitamina E está ligado a un riesgo más elevado de la enfermedad, por lo que las personas mayores deben ingerir abundantes alimentos que la proporcionen, como los aceites vegetales y las nueces. Es por ello que las medidas de prevención y control deben enfatizar los beneficios de una dieta y estilo de vida saludables.
Por otro lado, el estudio sostiene la idea de que la arteriosclerosis, la enfermedad cardiaca coronaria y la diabetes mellitus pueden contribuir al padecimiento del Alzheimer. La obesidad incrementa el riesgo de desarrollar estos trastornos vasculares y, por lo tanto, también contribuye al proceso de la demencia
Un estudio reciente sugiere que las mujeres que a los 70 años son obesas pueden estar en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en etapas posteriores. Los investigadores señalan que se trata de una correlación notoria, ya que la demencia y la obesidad son algunas de las mayores preocupaciones de salud durante el envejecimiento.
Un equipo de científicos examinó a 392 mujeres de edad avanzada durante dieciocho años. Noventa y tres de ellas se diagnosticaron con demencia a los 80 años y se encontró que muy probablemente presentaban obesidad a los 70. En sus estudios, los investigadores midieron el índice de masa corporal de las participantes; es decir, una proporción de peso y altura. Las mujeres con síntomas de demencia tuvieron un índice de masa corporal promedio de 28 puntos, lo cual raya en la obesidad, mientras que las normales tuvieron un puntaje entre 18.5 y 25. Además, se descubrió que cada punto adicional en el índice de masa corporal elevaba el riesgo de la enfermedad de Alzheimer cerca de 36 por ciento.
Los especialistas coinciden en que la obesidad es uno de los factores de riesgo respecto de los cuales las personas pueden hacer algo, como comer frutas y vegetales, hacer ejercicio con regularidad y cuidar su peso. Los factores dietéticos pueden jugar un papel significativo en la prevención de la demencia, como es el caso de algunos micronutrientes, que pueden estar vinculados con el Alzheimer.
Un bajo insumo de vitamina E está ligado a un riesgo más elevado de la enfermedad, por lo que las personas mayores deben ingerir abundantes alimentos que la proporcionen, como los aceites vegetales y las nueces. Es por ello que las medidas de prevención y control deben enfatizar los beneficios de una dieta y estilo de vida saludables.
Por otro lado, el estudio sostiene la idea de que la arteriosclerosis, la enfermedad cardiaca coronaria y la diabetes mellitus pueden contribuir al padecimiento del Alzheimer. La obesidad incrementa el riesgo de desarrollar estos trastornos vasculares y, por lo tanto, también contribuye al proceso de la demencia