Ir al contenido principal

El eclipse y Colón

   Una pequeña dosis de ciencia, aunada a otra de ingenio, salvó un día la vida de Cristóbal Colón.

   En 1504, en su último y más desafortunado viaje, varado en las costas de Jamaica, el navegante se vio confinado en sus ya carcomidas y casi inservibles carabelas. Ante la voracidad y avaricia de los marineros españoles, las tribus nativas se habían tornado hostiles y no les permitían acceso a la isla ni a alimento alguno.

   Colón, encerrado en su camarote, leía y releía uno de los libros que para cualquier marino resultaba indispensable para navegar: las Ephemerides de Johannes Müller. Este alemán, estudioso de la astronomía matemática de Ptolomeo, había calculado la posición diaria de los cuerpos celestes entre 1475 y 1506.

   Al interpretar Colón estas tablas, concluyó que en fecha muy próxima, el 29 de febrero de 1504, la Luna atravesaría la sombra de la Tierra y se ocultaría durante un eclipse total. Dado que conocía la propensión de los nativos a la superstición, llamó a sus jefes y les dijo que, si no cesaban las hostilidades, el dios de los españoles ordenaría que desapareciera su luna. Hicieron caso omiso y se rieron de él. Sin embargo, cuando al día siguiente vieron cómo el satélite desaparecía poco a poco, los atemorizados nativos llevaron comida a Colón y su tripulación, que de ese modo se salvaron de morir de hambre.

Entradas populares de este blog

Pingüinos

  No todos conocemos un pingüino, pero casi todos los hemos visto en imágenes desde que éramos niños. Pese a ello, muchas personas desconocen las condiciones extremas en que estos animales habitan.    El pingüino es el único vertebrado que vive durante el invierno en la Antártica sin madriguera o nido. En 2005, dichos animales tuvieron la compañía de un grupo de biólogos interesados en conocer lo que les permite vivir y reproducirse a temperaturas menores a los 25°C bajo cero.

Langostas bien orientadas

   Cuando se trata de elegir el mejor camino, ¿qué tan orientado es usted?, ¿es de los que simplemente confía en su destreza para ubicar lugares o necesita recurrir a la guía urbana? En este punto, hay animales que nos superan por mucho.    Algunos científicos han encontrado que las langostas espinosas son los primeros animales invertebrados en pasar pruebas para medir la capacidad de orientación conocida como navegación auténtica. Esta característica es la que permite a las palomas mensajeras y otros cuantos animales entender no sólo la brújula de orientación, es decir, ubicar el norte y el sur, sino también conocer su localización real en el planeta.

Gasto de energía al cargar

   Las leyes elementales de la física y la lógica nos permiten entender que, si una persona carga 20 por ciento más de su peso corporal, tendrá que consumir 20 por ciento más de energía; es decir, que el gasto de energía es proporcional al peso de la carga.    Sin embargo, un equipo de fisiólogos observó que los sherpas de Nepal, guías que cargan el bastimento y el equipo de los alpinistas que ascienden al Himalaya, son capaces de cargar la misma cantidad de su peso corporal sin tener un gasto adicional de energía y pueden transportar cargamento con 60 por ciento de su peso con gasto mucho menor de energía que los soldados del ejército cuando llevan un peso equivalente en sus mochilas modernas y ergonómicas.    Un ahorro energético semejante se ha observado en unas mujeres de las tribus Kikuyu del África oriental. Los fisiólogos calcularon la energía gastada por estas personas, a través de unas máscaras que midieron el oxígeno consumido y el dióxido ...