Seguramente más de una vez habrá usted mordido una rica manzana, pero ¿se ha preguntado qué haría si no tuviera la mandíbula inferior? Eso es posible, por ejemplo, como efecto de un cáncer óseo. La tecnología ha desarrollado una mandíbula inferior diseñada en computadora, construida en el laboratorio e incubada en la espalda del paciente para después colocarla en la cara.
Primero se obtuvo una tomografía computarizada tridimensional de la cabeza del hombre, para diseñar una mandíbula virtual. Después se creó un modelo a escala en teflón y se le amoldó alrededor una malla de titanio ligero; al retirar el teflón, quedó un tubo hueco esculpido en forma de U.
El cilindro se rellenó con un mineral natural del hueso, la hidroxiapatita, sangre de la médula ósea del paciente y un poco del químico denominado proteína morfogénica ósea 7 (BMP7). El mineral dio soporte estructural y el químico logró que las células madre de la sangre formaran hueso nuevo.
La mandíbula necesitaba desarrollar su propio suministro de sangre, por lo que se injertó por debajo del hombro derecho del hombre, una zona bien irrigada.
Siete semanas después se implantó en la cara y se conectaron mediante técnicas microquirúrgicas los vasos sanguíneos nuevos con los de la cabeza.
Ésta es una excelente alternativa para los métodos de reemplazo de mandíbula, en los que se remueve hueso de la cadera o la pierna, que luego se esculpe para darle forma de una mandíbula burda, con el consiguiente dolor y los problemas articulares.
Esta moderna mandíbula ha permitido al paciente masticar de nueva cuenta.
En verdad, las prótesis se asemejan cada vez más a las partes del cuerpo humano y han contribuido a tener una vida normal.
Primero se obtuvo una tomografía computarizada tridimensional de la cabeza del hombre, para diseñar una mandíbula virtual. Después se creó un modelo a escala en teflón y se le amoldó alrededor una malla de titanio ligero; al retirar el teflón, quedó un tubo hueco esculpido en forma de U.
El cilindro se rellenó con un mineral natural del hueso, la hidroxiapatita, sangre de la médula ósea del paciente y un poco del químico denominado proteína morfogénica ósea 7 (BMP7). El mineral dio soporte estructural y el químico logró que las células madre de la sangre formaran hueso nuevo.
La mandíbula necesitaba desarrollar su propio suministro de sangre, por lo que se injertó por debajo del hombro derecho del hombre, una zona bien irrigada.
Siete semanas después se implantó en la cara y se conectaron mediante técnicas microquirúrgicas los vasos sanguíneos nuevos con los de la cabeza.
Ésta es una excelente alternativa para los métodos de reemplazo de mandíbula, en los que se remueve hueso de la cadera o la pierna, que luego se esculpe para darle forma de una mandíbula burda, con el consiguiente dolor y los problemas articulares.
Esta moderna mandíbula ha permitido al paciente masticar de nueva cuenta.
En verdad, las prótesis se asemejan cada vez más a las partes del cuerpo humano y han contribuido a tener una vida normal.