Hace no muchos años hablar de trasplantes de órganos era casi un sueño. Hoy en día algunos médicos todavía consideran que los pacientes con el virus de la hepatitis tipo C sometidos a un trasplante de hígado tienen pocas posibilidades de sobrevivir, ya que presuponen que la enfermedad los atacará otra vez en pocos años. Sin embargo, las investigaciones señalan que estos individuos se encuentran en buen estado una década después de la intervención, al igual que otro tipo de enfermos que recibieron un hígado para mejorar afecciones diferentes.
Los científicos siguieron el progreso de los trasplantes de hígado de 135 personas con hepatitis tipo C y 608 sujetos con otras enfermedades hepáticas. Después de diez años, 67 por ciento de las personas con el virus aún vivía, en comparación con el 59 por ciento de los otros pacientes.
Estudios anteriores habían sugerido que los trasplantes de hígado en enfermos con hepatitis C tendrían mayores probabilidades de fallar, toda vez que el virus permanece en el cuerpo incluso después de sustituir al hígado.
En realidad, la causa principal de los problemas en este órgano después de un trasplante es precisamente el virus; empero, el nuevo estudio demuestra que los problemas que amenazan la vida de los sujetos aparecen muchos años después.