¿Qué tan buen catador es usted? Si es de los que pueden jactarse de poseer un paladar excepcional, debería saber que esta cualidad podría convertirse en un enemigo para su organismo.
En fecha reciente se ha descubierto que los hombres con esta característica tan particular pueden pagar por ello con riesgos para su salud. Según algunos científicos, alrededor de 25 por ciento de las personas tiene brotes adicionales de sabor en sus lenguas. Es como si vivieran en un «mundo de sabores».
A simple vista esto no parece representar ningún problema. Sin embargo, puede tener una consecuencia desagradable.
Entre los individuos mayores de 65 años, los catadores agudos tienen más pólipos de colon que los catadores normales en una proporción considerable. Esta circunstancia destaca un riesgo adicional de cáncer en esa parte del cuerpo.
Los científicos han conjeturado que las lenguas sensibles de estas personas las llevan a equivocarse en las elecciones más adecuadas de la comida. Con frecuencia, los supercatadores se resisten a los sabores intensos de ciertos vegetales y, por supuesto, los comen en menor cantidad que sus contrapartes de sensibilidad normal. Los grandes catadores tienden, asimismo, a pesar más. Tanto las dietas bajas en estos vegetales como el exceso de kilogramos son factores que incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
Por otro lado, los nervios de la lengua pasan a través del oído y las infecciones de éste distorsionan los mecanismos neuronales, de manera que la lengua acentúa su sensibilidad a la grasa. Se ha descubierto que entre los hombres con un historial clínico de infecciones auditivas los supercatadores son en particular propensos al sobrepeso.
En fecha reciente se ha descubierto que los hombres con esta característica tan particular pueden pagar por ello con riesgos para su salud. Según algunos científicos, alrededor de 25 por ciento de las personas tiene brotes adicionales de sabor en sus lenguas. Es como si vivieran en un «mundo de sabores».
A simple vista esto no parece representar ningún problema. Sin embargo, puede tener una consecuencia desagradable.
Entre los individuos mayores de 65 años, los catadores agudos tienen más pólipos de colon que los catadores normales en una proporción considerable. Esta circunstancia destaca un riesgo adicional de cáncer en esa parte del cuerpo.
Los científicos han conjeturado que las lenguas sensibles de estas personas las llevan a equivocarse en las elecciones más adecuadas de la comida. Con frecuencia, los supercatadores se resisten a los sabores intensos de ciertos vegetales y, por supuesto, los comen en menor cantidad que sus contrapartes de sensibilidad normal. Los grandes catadores tienden, asimismo, a pesar más. Tanto las dietas bajas en estos vegetales como el exceso de kilogramos son factores que incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
Por otro lado, los nervios de la lengua pasan a través del oído y las infecciones de éste distorsionan los mecanismos neuronales, de manera que la lengua acentúa su sensibilidad a la grasa. Se ha descubierto que entre los hombres con un historial clínico de infecciones auditivas los supercatadores son en particular propensos al sobrepeso.