El cáncer de piel, conocido como carcinoma de células basales y escamosas, es un padecimiento que solía aparecer por lo regular en personas mayores de 60 años.
Sin embargo, desde 1970 se ha observado que la tendencia a presentarse en personas de 20 a 30 años de edad ha aumentado de manera sostenida. La cifra estadística es alarmante, puesto que en este periodo su incidencia se triplicó, al llegar a más de 30 casos por cada 100 mil individuos. La mayor parte de las personas afectadas corresponde a mujeres.
Si el cáncer de piel no se trata en fase temprana, provoca deformaciones en la zona afectada y puede ser letal. Una vez que se ha desarrollado una de estas tumoraciones, existe un 50 por ciento de probabilidad de que reaparezca en otra zona del cuerpo después de dos o tres años. Al aparecer un segundo tumor hay 75 por ciento de probabilidades de que surja un tercero.
Esto es un mal pronóstico para alguien que empezó a tener cáncer en su juventud.
El cáncer de piel se debe en particular a una sobreexposición a la luz ultravioleta y el 90 por ciento de los tumores aparece en las zonas expuestas al sol, como cabeza, cuello y torso.
A diferencia de la mujer del siglo XIX, que para considerarse hermosa debía tener una piel blanquísima, en nuestros días las mujeres tienen que mostrar un bronceado perfecto de la piel para poder estar a la moda y lucir atractivas. Una forma de lograrlo consiste en exponerse al sol en playas, balnearios o terrazas, sin considerar las consecuencias negativas.
Los caprichos de la moda pueden tener algunas veces un precio en verdad muy elevado.