Los estados de ansiedad y depresión pueden deberse a niveles bajos en sangre de serotonina, noradrenalina, o ambas.
Para disipar los síntomas existen medicamentos antidepresivos, cuya acción consiste en elevar de modo específico alguna de estas sustancias. Sin embargo, aunque los síntomas de la deficiencia de cada una son diferentes, algunas veces se confunden y el neuropsiquiatra se ve obligado a prescribir el medicamento con base en «ensayo y error», lo que puede ocasionar retrasos en el tratamiento del paciente.
Una investigadora parece haber encontrado la manera de diferenciar el neurotransmisor cuyo nivel se halla por debajo de lo normal. Al interrogar a los enfermos, encontró que muchas veces los individuos comentaban la pérdida de la sensibilidad a los sabores, sea amargo, dulce, salado o ácido.
Al profundizar en el estudio, llegó a la conclusión de que los fármacos que elevan los niveles de serotonina confieren una mayor sensibilidad a lo dulce y lo amargo, mientras que los que incrementan la noradrenalina acentúan la percepción de los sabores ácidos.
Si se logra medir la intensidad de la percepción de estos sabores, el neuropsiquiatra tendrá un valioso instrumento para completar su diagnóstico