Hoy en día se habla mucho de cómo diversos factores han provocado un cambio de clima en nuestro planeta. No obstante, ¿cómo se sabe cuál era la temperatura de la Tierra en épocas pasadas, antes de que hubiera registros escritos? Existen diversos métodos para averiguarlo y ahora un ingenioso procedimiento, ideado por geoquímicos, nos permite conocer estos datos.
Es común encontrar en los sitios arqueológicos objetos de obsidiana. Este material es un vidrio negro verdoso de origen volcánico. En el momento en que éste sufre una fractura, la superficie expuesta al aire empieza a absorber la humedad del ambiente. A esto se le conoce como hidratación. El grosor de la capa hidratada depende de la temperatura y la humedad que prevalecía en la época en que el material se fracturó.
Falta saber la fecha en que se quebró la obsidiana: ésta podría corresponder al momento en que se talló la punta de una flecha. Esto se puede conocer porque esta clase de hallazgos arqueológicos casi siempre se encuentra junto a restos humanos, a los cuales se les puede determinar la antigüedad mediante la técnica del carbono-14. Dicho método se emplea para fechar objetos de origen orgánico, como restos de huesos, madera, telas, etcétera.
Geoquímicos y antropólogos determinaron que unos objetos excavados en la cuenca de Chalco, al sureste del Distrito Federal, se habían elaborado hace 450 o 900 años. La capa de hidratación de la obsidiana mostró que de entonces a ahora la temperatura del terreno ha sido de unos 21°C. En estratos más profundos encontraron otras piezas, con una antigüedad de mil 400 años, y que fueron elaboradas cuando la temperatura del terreno era en promedio de 26°C.
Esto muestra que el clima del planeta siempre ha estado en constante cambio.