Cuando los astronautas vuelven a la Tierra luego de permanecer en el espacio por periodos largos y estar en lugares en donde desaparece la fuerza de gravedad, muestran ciertas dificulta para ponerse de pie y caminar. Los músculos se encogen y pierden hasta el 50 por ciento de su fuerza. Lo mismo le pasa al músculo cardiaco, que no ha tenido que bombear con tanto esfuerzo para vencer la gravedad terrestre; además, los huesos se descalcifican y los niveles de glucosa en sangre se alteran.
Ahora que existe el proyecto de enviar viajes tripulados a Marte con 30 meses de duración, se realizan estudios para encontrar la forma de contrarrestar los efectos de la falta de gravedad prolongada.
En un centro de medicina espacial en Francia, doce mujeres voluntarias con excelente condición física han permanecido por dos meses en cama sin levantarse ni sentarse, con la cabeza un poco más baja que los pies.
Esta posición prolongada reproduce muchos de los síntomas provocados por la falta de gravedad. Por ejemplo, el flujo sanguíneo es mayor en cabeza y tórax, lo que provoca hinchazón y dolor en ella y el cuerpo tarda varios días en adaptarse a tal situación. La falta de estimulación en los sensores del equilibrio en el oído y la planta de los pies induce mareo y náusea.
En este proyecto se han probado diversos aparatos para ejercitar músculos y huesos e impedir su deterioro, así como la administración de una dieta rica en proteínas y un aminoácido llamado leucina, dado que esto puede evitar al parecer la pérdida de masa muscular.
Las voluntarias no han estado muy cómodas, pero todo se olvidará cuando reciban los 15 mil euros que se les pagará por participar en el estudio.