El naturismo, hoy tan de moda, ha popularizado el uso de sustancias de origen vegetal o animal que tienen una supuesta acción terapéutica. A éstas se las cataloga como «suplemento alimenticio». Mucha gente tiene la idea de que todo lo «natural» es bueno; por el contrario, creen que las sustancias erróneamente conocidas como «químicos» son algo malo.
Uno de los suplementos alimenticios más populares es el extracto de una planta llamada Echinacea. A ella se le atribuye una acción antibacteriana, antiviral y estimulante del sistema inmunitario y se la recomienda en particular contra el resfriado común.
Para que se autorice la venta de un medicamento es necesario primero comprobar que es efectivo y carece de acciones tóxicas, para lo cual se lo debe someter a experimentación científica exhaustiva. Los «suplementos alimenticios» no se clasifican como «medicamentos» y ello los exime de ser objeto del control de las instituciones de salud.
Ante la popularidad de esta planta, infectólogos y virólogos realizaron un experimento con 400 personas. A la mitad del grupo se le administró Echinacea por una semana. La otra mitad recibió un placebo. A continuación, a todos se les aplicó, mediante un aerosol nasal, el rinovirus causante del resfriado común. Luego de una semana, el 80 por ciento de las personas de los dos grupos presentó los síntomas de la gripe y éstos fueron tan intensos en uno como en otro. Al analizar la sangre de los individuos tampoco se encontró que la Echinacea hubiera estimulado el sistema inmune.
Es importante conocer más sobre la verdadera acción de este tipo de sustancias naturistas y no dejarnos llevar sólo por la información publicitaria.