Todos sabemos que el embarazo es un proceso que puede complicarse. Más del 80 por ciento de los niños que nacen de forma prematura desarrolla apnea del sueño, un trastorno en el que se deja de respirar por momentos mientras se duerme.
Un nuevo estudio relaciona esta anormalidad con el llamado trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad, que ocasiona problemas de concentración y aprendizaje en niños y adultos.
Dos grupos de crías de ratas de siete a once días de edad se expusieron a lapsos pequeños de aire con escaso oxígeno. La edad de las crías equivalía a la de los bebes prematuros.
Al cumplir ocho semanas, las ratas presentaron síntomas parecidos a los del trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad.
Estos roedores fueron hiperactivos, tuvieron menor calificación en pruebas de memoria y reaccionaron de forma diferente a situaciones nuevas en comparación con las ratas que recibieron aire normal.
Pruebas posteriores mostraron que los cerebros de los roedores expuestos al aire con menos oxígeno tenían niveles adecuados de dopamina, compuesto químico que regula el dolor, el placer y las respuestas emocionales. Sin embargo, también probaron que este neurotransmisor se mantenía dentro de las células, en lugar de liberarse, como ocurre en condiciones normales.
Aunque se sabe que el trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad se vincula con factores genéticos y toxinas ambientales, entre otras causas, es necesario profundizar en la relación del nivel de dopamina y este padecimiento para idear futuros tratamientos.
Un nuevo estudio relaciona esta anormalidad con el llamado trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad, que ocasiona problemas de concentración y aprendizaje en niños y adultos.
Dos grupos de crías de ratas de siete a once días de edad se expusieron a lapsos pequeños de aire con escaso oxígeno. La edad de las crías equivalía a la de los bebes prematuros.
Al cumplir ocho semanas, las ratas presentaron síntomas parecidos a los del trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad.
Estos roedores fueron hiperactivos, tuvieron menor calificación en pruebas de memoria y reaccionaron de forma diferente a situaciones nuevas en comparación con las ratas que recibieron aire normal.
Pruebas posteriores mostraron que los cerebros de los roedores expuestos al aire con menos oxígeno tenían niveles adecuados de dopamina, compuesto químico que regula el dolor, el placer y las respuestas emocionales. Sin embargo, también probaron que este neurotransmisor se mantenía dentro de las células, en lugar de liberarse, como ocurre en condiciones normales.
Aunque se sabe que el trastorno de deficiencia de atención e hiperactividad se vincula con factores genéticos y toxinas ambientales, entre otras causas, es necesario profundizar en la relación del nivel de dopamina y este padecimiento para idear futuros tratamientos.