Investigaciones realizadas en algunos animales, como moscas, gusanos y ratones, han mostrado que la disminución de calorías en la dieta es un factor que alarga la vida. Sin embargo, no se habían realizado con anterioridad estudios en mamíferos superiores.
Un equipo de científicos realizó un experimento con un grupo de 50 perros de una misma raza que vivieron en condiciones similares. El protocolo se realizó a lo largo de toda su vida y se les alimentó con la misma dieta. La diferencia introducida fue que a la mitad del lote se les redujo el alimento un 25 por ciento. Durante toda la investigación se analizaron los metabolitos que excretaban en la orina.
Los animales con la dieta reducida vivieron en promedio casi dos años más en comparación con los que recibieron alimentación completa y las enfermedades propias de su vejez, como osteoartritis y diabetes, también tardaron más en presentarse.
Según estos investigadores, el análisis de las sustancias excretadas en la orina muestra que la dieta reducida produjo un cambio en las bacterias de la flora intestinal. Como dichos microorganismos juegan un papel importante en el metabolismo de los alimentos, la alteración propició una mayor longevidad con mejor calidad de vida.
Estos estudios permitirán entender mejor el proceso de envejecimiento en los seres humanos, así como los padecimientos inherentes a él.