¿Quién iba a pensar que la rica salsa que comemos a diario nos ayudara tanto? Nuevos estudios indican que este líquido espeso es más que un condimento picante, ya que investigaciones recientes sugieren que probablemente ofrezca protección contra la salmonela, un organismo patógeno común que se transmite en la comida y que causa una enfermedad grave e incluso la muerte.
En experimentos preliminares, algunos químicos determinaron que el jugo de una salsa con jitomates, cebollas, cilantro y chiles verdes, principalmente, tiene propiedades antibacterianas. Los nuevos experimentos se enfocan en un químico en particular: un compuesto de las hojas frescas del cilantro, llamado dodecenal.
Después de aislar esta sustancia, los investigadores expusieron la Salmonella choleraesuis a ella. En realidad, no sólo mató a las bacterias, sino que resultó dos veces más potente que la gentamicina, un fármaco suministrado con regularidad para tratar enfermedades secundarias a gérmenes que se transmiten en la comida.
La presencia del dodecenal en la salsa podría explicar por qué los habitantes de México no desarrollan salmonelosis, mientras que los visitantes eventuales contraen con frecuencia la enfermedad al consumir los mismos productos alimenticios contaminados con la bacteria.
Ahora que los científicos saben acerca de las propiedades antibacterianas del dodecenal, podrían usarlo para desarrollar un nuevo tratamiento contra la enfermedad. De manera alternativa, el dodecenal podría figurar entre los desinfectantes generales o los aditivos a los alimentos para prevenir la transmisión de organismos patógenos. Mientras tanto, los mexicanos podemos seguir consumiendo, con más gusto, nuestras ricas salsas.