En el año 79 antes de nuestra era, la erupción del Vesubio sepultó a las ciudades de Pompeya y Herculano. Excavaciones arqueológicas iniciadas en 1988 mostraron que en las villas había pinturas de gran valor artístico e histórico. El color predominante era un rojo oscuro, que se conseguía con un mineral llamado cinabrio, compuesto por sulfuro de mercurio, que se aplicaba sobre una argamasa de calcita.
Dos años después de exponer estas pinturas a la luz y la atmósfera, este pigmento empezó a ennegrecerse, sin que hubiera una razón plausible.
Un equipo de químicos analíticos ha estudiado, por medio de microfluorescencia y espectroscopía de absorción de rayos X, las zonas que se han oscurecido.
La investigación ha encontrado que el sulfuro de mercurio, que es rojo, reacciona con cloruro de sodio, probablemente proveniente del mar, y forma cloruro de mercurio, que es negro.
En esta reacción se forma óxido de azufre que, al mezclarse con la calcita, da lugar a un yeso de color oscuro. Es probable que la degradación bacteriana y los contaminantes atmosféricos también favorezcan este fenómeno.
Si se conocen las causas químicas, es posible para los restauradores buscar la forma de frenar el deterioro, para conservar esos tesoros de la Antigüedad.
Dos años después de exponer estas pinturas a la luz y la atmósfera, este pigmento empezó a ennegrecerse, sin que hubiera una razón plausible.
Un equipo de químicos analíticos ha estudiado, por medio de microfluorescencia y espectroscopía de absorción de rayos X, las zonas que se han oscurecido.
La investigación ha encontrado que el sulfuro de mercurio, que es rojo, reacciona con cloruro de sodio, probablemente proveniente del mar, y forma cloruro de mercurio, que es negro.
En esta reacción se forma óxido de azufre que, al mezclarse con la calcita, da lugar a un yeso de color oscuro. Es probable que la degradación bacteriana y los contaminantes atmosféricos también favorezcan este fenómeno.
Si se conocen las causas químicas, es posible para los restauradores buscar la forma de frenar el deterioro, para conservar esos tesoros de la Antigüedad.