Que el hombre y la mujer son diferentes es cosa más que evidente. La razón de esto tiene su origen en los cromosomas, una información que se conoce desde hace más de 100 años. Mientras que el hombre presenta en todas sus células un cromosoma X y un cromosoma Y, la mujer tiene dos cromosomas X. Sin embargo, apenas ahora los genetistas han desentrañado la forma en que esa diferencia puede explicar algunas de las características de cada sexo.
Los cromosomas están formados por una serie de unidades de ADN llamados genes. El cromosoma X de los hombres es idéntico al cromosoma X de las mujeres; empero, ellas tienen una copia más del cromosoma X. No obstante, uno de los dos permanece inactivo. Esto significa que no está «expresado» y que sus genes no ejercen su capacidad de enviar órdenes para sintetizar proteínas.
Una investigación reciente ha demostrado que ese segundo cromosoma X, el «cromosoma X inactivo», no se encuentra tan «callado» como se creía.
En un estudio realizado en células de 40 mujeres se encontró que, en todas ellas, 15 por ciento de los genes del cromosoma X «inactivo» mostraba signos de expresión. Este grupo de genes es el mismo en todo el género femenino. Además de lo anterior, sin embargo, otro 10 por ciento en promedio de los genes del mismo cromosoma se encuentra activo, sólo que con distintos genes en las diferentes mujeres.
Esta expresión doble de ciertos genes del cromosoma X, que sólo se observa en las mujeres, podría algún día explicar las diferencias biológicas y conductuales entre los sexos. Por su parte, la expresión de genes distintos del segundo cromosoma X podría explicar las diferencias individuales entre los miembros del sexo femenino.
Es probable que al conocer los enigmas del cromosoma X se revelen también los misterios de cada sexo.
Los cromosomas están formados por una serie de unidades de ADN llamados genes. El cromosoma X de los hombres es idéntico al cromosoma X de las mujeres; empero, ellas tienen una copia más del cromosoma X. No obstante, uno de los dos permanece inactivo. Esto significa que no está «expresado» y que sus genes no ejercen su capacidad de enviar órdenes para sintetizar proteínas.
Una investigación reciente ha demostrado que ese segundo cromosoma X, el «cromosoma X inactivo», no se encuentra tan «callado» como se creía.
En un estudio realizado en células de 40 mujeres se encontró que, en todas ellas, 15 por ciento de los genes del cromosoma X «inactivo» mostraba signos de expresión. Este grupo de genes es el mismo en todo el género femenino. Además de lo anterior, sin embargo, otro 10 por ciento en promedio de los genes del mismo cromosoma se encuentra activo, sólo que con distintos genes en las diferentes mujeres.
Esta expresión doble de ciertos genes del cromosoma X, que sólo se observa en las mujeres, podría algún día explicar las diferencias biológicas y conductuales entre los sexos. Por su parte, la expresión de genes distintos del segundo cromosoma X podría explicar las diferencias individuales entre los miembros del sexo femenino.
Es probable que al conocer los enigmas del cromosoma X se revelen también los misterios de cada sexo.