Estudios recientes han mostrado que la dificultad para deshacerse de una adicción probablemente tenga una razón genética.
En diversas partes del sistema nervioso, la transmisión del impulso se realiza por medio de unas sustancias llamadas «neurotransmisores».
Uno de ellos es la acetilcolina y se ha encontrado que los receptores de esta sustancia también reaccionan con la nicotina. La molécula del receptor de acetilcolina es una proteína formada por «subunidades» diferentes. Una de ellas, a la que se le llamó alfa4, es excesivamente sensible a la nicotina.
Por medio de procedimientos de ingeniería genética se produjeron ratones con una mutación que modifica el gen que produce la subunidad alfa4. Esto trajo como resultado que sus receptores de acetilcolina tuvieran una estructura química ligeramente diferente en esta sección.
Luego de realizar un estudio comparativo con otros ratones, cuyos genes no se modificaron, se observó que estos últimos desarrollaban mayor adicción a la nicotina y tenían más tolerancia y preferencia por esta sustancia que los animales con la modificación en el subunidad alfa4.
Los experimentos hacen pensar que dicha entidad se relaciona con la distinta susceptibilidad de las personas a la nicotina. Quizá algún día la terapia génica llegue a ser una ayuda para combatir la adicción a esta sustancia.