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Insomnio y astronautas

   La ambición del hombre por llegar más allá de los confines del planeta lo hizo alcanzar la Luna en 1969. Hoy, su siguiente meta es Marte. Aunque muchos científicos se han enfocado en trabajar para conseguirlo, no creen que se logre el objetivo pronto; primero tienen que resolver, además de problemas técnicos, lo que implica para el cuerpo humano permanecer mucho tiempo fuera del planeta, en condiciones fisiológicas adversas.


   Mientras que una misión a la Luna requería dos semanas, una a Marte se extendería por 30 meses. El viaje de ida y vuelta tomaría un año, más 18 meses de estancia en el planeta, en espera de que la Tierra y éste se vuelvan a alinear.

   Algo que complica la misión es la gran dificultad que existe para dormir en una nave espacial. El ruido, la luz y falta de gravedad provocan que los cosmonautas nunca puedan dormir ocho horas seguidas, cuatro o seis en el mejor de los casos (tomando además calmantes).

   Esta pérdida sostenida de sueño se traduce en una disminución del estado de alerta y un deterioro del desempeño mental y físico.

   Los ciclos de sueño y vigilia, conocidos como «ciclo circadiano», se hallan bajo la regulación de un paquete neuronal llamado núcleo supraquiasmático, que se encuentra en el hipotálamo. La sincronización entre ambos periodos necesita recibir estímulos visuales del entorno, como son la luz y la oscuridad.

   Los científicos han encontrado que, cuando la retina del ojo absorbe una luz azul de una longitud de onda específica, ésta se convierte en el principal estímulo para el funcionamiento sincronizado del ciclo circadiano.

   Con esos datos se ha diseñado ahora un sistema de iluminación adecuado para las nuevas naves espaciales, con el fin de resolver el problema de insomnio de los astronautas.

   Los nuevos conocimientos traerán beneficios también para aquellas personas en la Tierra que sufren trastornos del sueño.

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Pingüinos

  No todos conocemos un pingüino, pero casi todos los hemos visto en imágenes desde que éramos niños. Pese a ello, muchas personas desconocen las condiciones extremas en que estos animales habitan.    El pingüino es el único vertebrado que vive durante el invierno en la Antártica sin madriguera o nido. En 2005, dichos animales tuvieron la compañía de un grupo de biólogos interesados en conocer lo que les permite vivir y reproducirse a temperaturas menores a los 25°C bajo cero.

Gasto de energía al cargar

   Las leyes elementales de la física y la lógica nos permiten entender que, si una persona carga 20 por ciento más de su peso corporal, tendrá que consumir 20 por ciento más de energía; es decir, que el gasto de energía es proporcional al peso de la carga.    Sin embargo, un equipo de fisiólogos observó que los sherpas de Nepal, guías que cargan el bastimento y el equipo de los alpinistas que ascienden al Himalaya, son capaces de cargar la misma cantidad de su peso corporal sin tener un gasto adicional de energía y pueden transportar cargamento con 60 por ciento de su peso con gasto mucho menor de energía que los soldados del ejército cuando llevan un peso equivalente en sus mochilas modernas y ergonómicas.    Un ahorro energético semejante se ha observado en unas mujeres de las tribus Kikuyu del África oriental. Los fisiólogos calcularon la energía gastada por estas personas, a través de unas máscaras que midieron el oxígeno consumido y el dióxido de carbono producido.    Ta

Langostas bien orientadas

   Cuando se trata de elegir el mejor camino, ¿qué tan orientado es usted?, ¿es de los que simplemente confía en su destreza para ubicar lugares o necesita recurrir a la guía urbana? En este punto, hay animales que nos superan por mucho.    Algunos científicos han encontrado que las langostas espinosas son los primeros animales invertebrados en pasar pruebas para medir la capacidad de orientación conocida como navegación auténtica. Esta característica es la que permite a las palomas mensajeras y otros cuantos animales entender no sólo la brújula de orientación, es decir, ubicar el norte y el sur, sino también conocer su localización real en el planeta.