La necesidad de producir más alimentos para una población creciente ha llevado a los científicos a modificar genéticamente la planta del maíz, con el fin de obtener una raza especial, más resistente a las plagas y de mayor rendimiento.
Esto que parece ser una buena noticia, no lo es tanto para algunos ecólogos. Según estos especialistas, si la planta genéticamente modificada se siembra en México, sus genes podrían contaminar al maíz mexicano y llevar poco a poco a la desaparición de las variedades tradicionales, lo cual dañaría gravemente la biodiversidad.
México es uno de los países que poseen mayor biodiversidad en el mundo.
Aquí existe una gran cantidad de especies biológicas diferentes que se relacionan e interactúan entre sí por medio de cadenas alimenticias.
Esto hace posible que entre todas se mantenga un equilibrio en el ecosistema.
Tan sólo de maíz se han encontrado en México 41 razas diferentes, más que en ningún otro lugar del mundo.
Para evitar que el maíz transgénico, importado de Estados Unidos, contaminara a las especies nativas, se permitió sólo su uso como alimento y no como semilla. Sin embargo, en 2001 se suscitó gran preocupación cuando un grupo de científicos notificaron el hallazgo de genes del maíz transgénico en mazorcas de Oaxaca. Esto dio inicio a una controversia: otro grupo de investigadores puso en tela de juicio el procedimiento empleado en la detección genética del 2001. En el 2004 se realizó un análisis intensivo en 153 mil semillas de maíz recolectadas en 125 parcelas diferentes. No se encontró ningún gen ajeno a las variedades nacionales, lo cual es una muy buena noticia.
No es claro, sin embargo, si la contaminación existió o si ha sido efectiva la campaña educativa para los campesinos sobre el uso y manejo de los transgénicos
Esto que parece ser una buena noticia, no lo es tanto para algunos ecólogos. Según estos especialistas, si la planta genéticamente modificada se siembra en México, sus genes podrían contaminar al maíz mexicano y llevar poco a poco a la desaparición de las variedades tradicionales, lo cual dañaría gravemente la biodiversidad.
México es uno de los países que poseen mayor biodiversidad en el mundo.
Aquí existe una gran cantidad de especies biológicas diferentes que se relacionan e interactúan entre sí por medio de cadenas alimenticias.
Esto hace posible que entre todas se mantenga un equilibrio en el ecosistema.
Tan sólo de maíz se han encontrado en México 41 razas diferentes, más que en ningún otro lugar del mundo.
Para evitar que el maíz transgénico, importado de Estados Unidos, contaminara a las especies nativas, se permitió sólo su uso como alimento y no como semilla. Sin embargo, en 2001 se suscitó gran preocupación cuando un grupo de científicos notificaron el hallazgo de genes del maíz transgénico en mazorcas de Oaxaca. Esto dio inicio a una controversia: otro grupo de investigadores puso en tela de juicio el procedimiento empleado en la detección genética del 2001. En el 2004 se realizó un análisis intensivo en 153 mil semillas de maíz recolectadas en 125 parcelas diferentes. No se encontró ningún gen ajeno a las variedades nacionales, lo cual es una muy buena noticia.
No es claro, sin embargo, si la contaminación existió o si ha sido efectiva la campaña educativa para los campesinos sobre el uso y manejo de los transgénicos