Una característica del ser humano es la capacidad de expresar sus emociones por medio del lenguaje facial y hasta ahora se creía que éste era un idioma universal.
Sin embargo, algunas investigaciones han demostrado que la cultura puede influir en la forma de expresión e interpretación.
Se llevó a cabo un experimento con individuos japoneses y norteamericanos a quienes se les mostraron imágenes de «rostros mixtos», en los que en una misma cara se mezclaban ojos que expresaban alegría y una boca que manifestaba tristeza. Otras mostraban ojos tristes y una boca alegre.
Cuando a los participantes de la investigación se les preguntó qué expresión encontraban en cada imagen, se reconoció que los japoneses interpretaron la expresión correspondiente a los ojos, mientras que los norteamericanos la de la boca.
Los investigadores creen que la diferencia estriba en que la cultura japonesa no acostumbra expresar de forma abierta sus sentimientos y, dado que los músculos que rodean a los ojos son más difíciles de controlar que los de la boca, se dirigen a ellos para leer el lenguaje facial. En cambio, los norteamericanos, que por lo general tienen la costumbre de expresar sus emociones con mayor libertad, buscan interpretarlas por los gestos de la boca.
Sin embargo, algunas investigaciones han demostrado que la cultura puede influir en la forma de expresión e interpretación.
Se llevó a cabo un experimento con individuos japoneses y norteamericanos a quienes se les mostraron imágenes de «rostros mixtos», en los que en una misma cara se mezclaban ojos que expresaban alegría y una boca que manifestaba tristeza. Otras mostraban ojos tristes y una boca alegre.
Cuando a los participantes de la investigación se les preguntó qué expresión encontraban en cada imagen, se reconoció que los japoneses interpretaron la expresión correspondiente a los ojos, mientras que los norteamericanos la de la boca.
Los investigadores creen que la diferencia estriba en que la cultura japonesa no acostumbra expresar de forma abierta sus sentimientos y, dado que los músculos que rodean a los ojos son más difíciles de controlar que los de la boca, se dirigen a ellos para leer el lenguaje facial. En cambio, los norteamericanos, que por lo general tienen la costumbre de expresar sus emociones con mayor libertad, buscan interpretarlas por los gestos de la boca.