Cuando se trata de resistir una larga jornada laboral o escolar, o pasar un buen rato platicando con los amigos, casi siempre es bienvenida una buena taza de café.
Pero si usted es de las personas que no concibe su día sin esta aromática bebida, bien valdría que le preguntara a su corazón cómo se siente.
Un nuevo estudio sugiere que la cafeína, ya sea proveniente del café o de otra fuente, promueve un aumento preocupante de los problemas del corazón. Además, otros ingredientes de esta bebida parecen duplicar, cuando menos, el efecto de la cafeína sola.
Estudios anteriores han notificado que tomar café en exceso puede incrementar las concentraciones sanguíneas del aminoácido homocisteína, relacionado con un riesgo elevado de ataques cardiacos. Por el contrario, dejar esta bebida puede reducirlas, lo mismo que las del colesterol, que daña las arterias.
Un equipo de investigadores se propuso comprobar si la cafeína es el causante del efecto de la homocisteína elevada. Para ello reclutó a algunos voluntarios a fin de someterlos a uno de estos tres tratamientos diarios: nueve litros de café filtrado, seis pastillas que contenían una cantidad equivalente de cafeína o seis pastillas libres de cafeína. Durante las pruebas se les pidió a los voluntarios abstenerse de consumir otros artículos que tuvieran cafeína. Dos veces durante cada periodo de tratamiento, que duraba once días, los investigadores recogían muestras de sangre de las personas antes y después de desayunar y consumir su dosis diaria de café o pastillas.
Los resultados revelaron que las personas que no consumían cafeína tenían un promedio de concentración de homocisteína de 9.6 micromoles por litro, comparada con 10.0 en quienes tomaban pastillas con cafeína y en aquellos que ingerían café.
Este estudio confirma la hipótesis original de los investigadores de que la cafeína contribuye al aumento de este aminoácido.
Pero si usted es de las personas que no concibe su día sin esta aromática bebida, bien valdría que le preguntara a su corazón cómo se siente.
Un nuevo estudio sugiere que la cafeína, ya sea proveniente del café o de otra fuente, promueve un aumento preocupante de los problemas del corazón. Además, otros ingredientes de esta bebida parecen duplicar, cuando menos, el efecto de la cafeína sola.
Estudios anteriores han notificado que tomar café en exceso puede incrementar las concentraciones sanguíneas del aminoácido homocisteína, relacionado con un riesgo elevado de ataques cardiacos. Por el contrario, dejar esta bebida puede reducirlas, lo mismo que las del colesterol, que daña las arterias.
Un equipo de investigadores se propuso comprobar si la cafeína es el causante del efecto de la homocisteína elevada. Para ello reclutó a algunos voluntarios a fin de someterlos a uno de estos tres tratamientos diarios: nueve litros de café filtrado, seis pastillas que contenían una cantidad equivalente de cafeína o seis pastillas libres de cafeína. Durante las pruebas se les pidió a los voluntarios abstenerse de consumir otros artículos que tuvieran cafeína. Dos veces durante cada periodo de tratamiento, que duraba once días, los investigadores recogían muestras de sangre de las personas antes y después de desayunar y consumir su dosis diaria de café o pastillas.
Los resultados revelaron que las personas que no consumían cafeína tenían un promedio de concentración de homocisteína de 9.6 micromoles por litro, comparada con 10.0 en quienes tomaban pastillas con cafeína y en aquellos que ingerían café.
Este estudio confirma la hipótesis original de los investigadores de que la cafeína contribuye al aumento de este aminoácido.