Los óxidos de nitrógeno son uno de los contaminantes atmosféricos más dañinos.
Además de ser irritantes, al combinarse con el agua provocan la «lluvia ácida», que ha destruido la vida acuática en muchos lagos del mundo. Asimismo, dan lugar al «esmog fotoquímico», esa capa café amarillenta que cubre las ciudades con intenso tránsito vehicular y gran actividad industrial.
En presencia de la luz solar, los óxidos de nitrógeno, restos de gasolina sin quemar y el oxígeno del aire reaccionan entre sí y producen el ozono de las capas bajas de la atmósfera.
Por mucho tiempo se consideró que estos óxidos provenían sobre todo de la quema de combustibles fósiles; empero, en fecha reciente gracias a la revisión que los satélites realizan de toda la superficie del planeta, se ha mostrado que también provienen de zonas agrícolas que se han fertilizado con abonos sintéticos.
Al estudiar los datos satelitales se ha llegado a la conclusión de que sólo el 64 por ciento de las emisiones proviene de los combustibles y el 22 por ciento procede de zonas agrícolas. El resto tiene su origen en los grandes incendios forestales en todo el mundo.
Estos óxidos de nitrógeno los producen los microbios que viven en la tierra y que se alimentan de sales de amonio o nitratos, como las contenidas en los fertilizantes sintéticos.
La vigilancia satelital se ha realizado desde hace siete años y es prematuro asegurar si hay una tendencia al aumento de estos óxidos, pero es un tema que requerirá más estudios, dado que disminuir la fertilización de los campos pondría en riesgo la productividad agrícola.
Además de ser irritantes, al combinarse con el agua provocan la «lluvia ácida», que ha destruido la vida acuática en muchos lagos del mundo. Asimismo, dan lugar al «esmog fotoquímico», esa capa café amarillenta que cubre las ciudades con intenso tránsito vehicular y gran actividad industrial.
En presencia de la luz solar, los óxidos de nitrógeno, restos de gasolina sin quemar y el oxígeno del aire reaccionan entre sí y producen el ozono de las capas bajas de la atmósfera.
Por mucho tiempo se consideró que estos óxidos provenían sobre todo de la quema de combustibles fósiles; empero, en fecha reciente gracias a la revisión que los satélites realizan de toda la superficie del planeta, se ha mostrado que también provienen de zonas agrícolas que se han fertilizado con abonos sintéticos.
Al estudiar los datos satelitales se ha llegado a la conclusión de que sólo el 64 por ciento de las emisiones proviene de los combustibles y el 22 por ciento procede de zonas agrícolas. El resto tiene su origen en los grandes incendios forestales en todo el mundo.
Estos óxidos de nitrógeno los producen los microbios que viven en la tierra y que se alimentan de sales de amonio o nitratos, como las contenidas en los fertilizantes sintéticos.
La vigilancia satelital se ha realizado desde hace siete años y es prematuro asegurar si hay una tendencia al aumento de estos óxidos, pero es un tema que requerirá más estudios, dado que disminuir la fertilización de los campos pondría en riesgo la productividad agrícola.