Ir al contenido principal

Marea roja

 
 Con frecuencia escuchamos en las noticias que las autoridades sanitarias alertan a la población sobre la presencia de «marea roja» en alguna parte de nuestras costas y se nos indica también que evitemos comer peces y mariscos provenientes de esos litorales.

   Se desconoce quiénes y por qué eligieron ese nombre, ya que cuando ésta infesta el mar el agua se tiñe más bien de un tono amarillo verdoso.



   El fenómeno lo provoca un alga llamada Karenia Brevis, que libera 13 diferentes toxinas. Algunas de ellas, al disolverse en el agua, matan a los peces, tortugas, manatíes y delfines. Si bien no se afectan los moluscos, como los ostiones y los mejillones, los compuestos dañinos sí se concentran en ellos y perjudican a quienes los comen, lo cual provoca vómito y diarrea.

   Las toxinas que afectan la vida marina se conocen desde hace tiempo; empero, estudios recientes muestran que otras de ellas se liberan en el aire.

   Cuando hay marea roja, los patógenos ocasionan daños respiratorios en las personas que se encuentran en la playa o que trabajan en barcos pesqueros o en los muelles.

   Las toxinas que se liberan en el ambiente no permiten la eliminación normal de la mucosidad en las vías respiratorias, que es la forma en que el cuerpo expulsa las partículas contaminantes que entran con el aire. Además, las toxinas entorpecen la actividad de los macrófagos, las células del sistema inmunitario que destruyen a gérmenes y cuerpos extraños.

   Aunque estos síntomas se podían observar, no se sabía qué los causaba. Cuando éstos se presentan en individuos sanos, desaparecen al retirarse la marea roja.

   Sin embargo, en quienes tienen problemas respiratorios, como asma o afecciones pulmonares, las complicaciones pueden ser muy graves.

Entradas populares de este blog

Pingüinos

  No todos conocemos un pingüino, pero casi todos los hemos visto en imágenes desde que éramos niños. Pese a ello, muchas personas desconocen las condiciones extremas en que estos animales habitan.    El pingüino es el único vertebrado que vive durante el invierno en la Antártica sin madriguera o nido. En 2005, dichos animales tuvieron la compañía de un grupo de biólogos interesados en conocer lo que les permite vivir y reproducirse a temperaturas menores a los 25°C bajo cero.

Langostas bien orientadas

   Cuando se trata de elegir el mejor camino, ¿qué tan orientado es usted?, ¿es de los que simplemente confía en su destreza para ubicar lugares o necesita recurrir a la guía urbana? En este punto, hay animales que nos superan por mucho.    Algunos científicos han encontrado que las langostas espinosas son los primeros animales invertebrados en pasar pruebas para medir la capacidad de orientación conocida como navegación auténtica. Esta característica es la que permite a las palomas mensajeras y otros cuantos animales entender no sólo la brújula de orientación, es decir, ubicar el norte y el sur, sino también conocer su localización real en el planeta.

Gasto de energía al cargar

   Las leyes elementales de la física y la lógica nos permiten entender que, si una persona carga 20 por ciento más de su peso corporal, tendrá que consumir 20 por ciento más de energía; es decir, que el gasto de energía es proporcional al peso de la carga.    Sin embargo, un equipo de fisiólogos observó que los sherpas de Nepal, guías que cargan el bastimento y el equipo de los alpinistas que ascienden al Himalaya, son capaces de cargar la misma cantidad de su peso corporal sin tener un gasto adicional de energía y pueden transportar cargamento con 60 por ciento de su peso con gasto mucho menor de energía que los soldados del ejército cuando llevan un peso equivalente en sus mochilas modernas y ergonómicas.    Un ahorro energético semejante se ha observado en unas mujeres de las tribus Kikuyu del África oriental. Los fisiólogos calcularon la energía gastada por estas personas, a través de unas máscaras que midieron el oxígeno consumido y el dióxido ...