Las personas que padecen el mal de Parkinson pierden la capacidad de controlar sus movimientos y presentan rigidez en sus músculos y temblores incontrolables de brazos y piernas. Una de las causas es que las neuronas cerebrales de estas personas no producen suficiente cantidad de una sustancia llamada dopamina.
En el laboratorio se han logrado reproducir en ratones los síntomas de esta enfermedad al modificar su ADN, de tal manera que se silencia el gen que produce la dopamina. Los bajos niveles de este compuesto en los animales dan lugar a la aparición de temblores y rigidez en sus músculos, al igual que los seres humanos afectados por ese mal.
Unos investigadores encontraron que la anfetamina conocida como «éxtasis» logra aminorar los síntomas del Parkinson en los roedores.
Para sorpresa de los investigadores, la anfetamina no elevó los niveles de dopamina. Se desconoce aún el mecanismo por el que se restauran los movimientos, pero se sabe que es a través de uno distinto al del químico cerebral.
El efecto de esta anfetamina se magnificó cuando se administró junto con el medicamento que habitualmente se suministra en los enfermos de Parkinson, la L-DOPA.
Los científicos tienen la esperanza de encontrar un medicamento efectivo para el Parkinson cuya molécula sea similar a la del éxtasis, pero que no resulte, como ésta, un fármaco alucinógeno y adictivo, además de que no produzca sus indeseables efectos secundarios.
En el laboratorio se han logrado reproducir en ratones los síntomas de esta enfermedad al modificar su ADN, de tal manera que se silencia el gen que produce la dopamina. Los bajos niveles de este compuesto en los animales dan lugar a la aparición de temblores y rigidez en sus músculos, al igual que los seres humanos afectados por ese mal.
Unos investigadores encontraron que la anfetamina conocida como «éxtasis» logra aminorar los síntomas del Parkinson en los roedores.
Para sorpresa de los investigadores, la anfetamina no elevó los niveles de dopamina. Se desconoce aún el mecanismo por el que se restauran los movimientos, pero se sabe que es a través de uno distinto al del químico cerebral.
El efecto de esta anfetamina se magnificó cuando se administró junto con el medicamento que habitualmente se suministra en los enfermos de Parkinson, la L-DOPA.
Los científicos tienen la esperanza de encontrar un medicamento efectivo para el Parkinson cuya molécula sea similar a la del éxtasis, pero que no resulte, como ésta, un fármaco alucinógeno y adictivo, además de que no produzca sus indeseables efectos secundarios.